INDIGNADOS, ATERRADOS PERO SEGUIMOS CALLANDO
He leído tres pequeñas obras (panfletos) que están estos días en todas las ferias del libro y cuyos autores son personas muy conocidas. Verdaderos expertos en lo suyo. Stephane Hessel (Indignáos), cuatro economistas de prestigio mundial (Economistas Aterrados) y Federico Mayor Zaragoza (Delito de Silencio).
El primero es un llamamiento especialmente dirigido a los jóvenes europeos para que emprendan una revolución pacífica contra los gobiernos de sus países que están llevando a estas naciones en dirección contraria a aquél espíritu nacido, durante la segunda guerra mundial, en la Francia Libre y en la Resistencia y que no era otro que el alcanzar unas sociedades más justas y solidarias.
El segundo explica las diez grandes falacias que el capitalismo dominante nos pone a diario por delante como si fuesen verdades inmutables. Están estos hombres aterrados porque piensan que la consolidación de los mercados financieros como máximo poder mundial va a consagrar un proceso de generación y sucesivo estallido de burbujas que aumentará sin remedio las desigualdades en el reparto de la riqueza, generando además grandes bolsas de paro.
Mayor Zaragoza, uno de los mayores pacifistas vivos, nos dice que basta ya de callar, que salgamos de una vez de nuestro actual estado de súbditos y pasemos a comportarnos como ciudadanos, ejercientes del verdadero poder democrático basado en la Declaración Universal de Derechos Humanos como ideario político y en una Organización de Naciones Unidas también universal, con una única fuerza de interposición: los Cascos Azules.
Cuándo dejaremos de seguir callando. Yo ya he dejado.
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